DIARIOS DE CLASE
"Un instrumento de investigación y desarrollo profesional"
Miguel Ángel Zabalza
Considero que el diario es un instrumento en el cual plasmas lo que vas realizando en tu práctica docente y te permite reflexionar sobre lo que haces o como actúas. A través de este medio, vas recabando información sobre tu práctica profesional, se muestran los hechos que el maestro y los alumnos realizan en el aula, la evolución de dichos hechos y más que nada es para darnos cuenta de nuestra actitud, actividades y estrategias que utilizamos con los niños y mediante este diario podemos analizar qué cosas debemos mejorar o cambiar, yo lo veo como un medio de evaluación, autoevaluación y coevaluación.
Los diarios pueden emplearse tanto con una finalidad investigadora como con una finalidad más orientada al desarrollo personal y profesional de los profesores. Ambas se combinan y se complementan. Son un estupendo recurso para hacer explícitos los propios dilemas con respecto a la actuación profesional.
La consciencia se postula como componente básico del hacer práctico docente. Tanto mejores profesionales serán los profesores, ha señalado Oberg (1984) cuanto más conscientes sean de sus prácticas y cuanto más reflexionen sobre sus intervenciones. Como dice Zabalza "la reflexión sobre la propia práctica, la introducción de planteamientos reflexivos en la acción instructiva hace que salgamos de un terreno de certezas dadas por otros y de rutinas procedimentales, etc. , para pasar a un terreno de toma de decisiones, de debate, de inseguridad, de creación...".
A través de los diarios se sigue el siguiente proceso cíclico:
*Los sujetos se hacen cada vez más conscientes de sus actos
*Se lleva a cabo una aproximación analítica a las prácticas profesionales recogidas en el diario.
*Se profundiza en la comprensión del significado de las acciones.
*Se posibilita la toma de decisiones y la puesta en marcha de iniciativas de mejora.
*Se reinicia un nuevo ciclo de actuación profesional.
El sentido básico del diario en el contexto de este trabajo es el convertirse en espacio narrativo de los pensamientos de los profesores. Lo que se pretende explorar a través del diario, es lo que en él figura como expresión de la versión que el profesor da de su propia actuación en clase y de la perspectiva personal desde la que la afronta.
El propio hecho de escribir sobre la propia práctica lleva al profesor a aprender a través de su narración. Al narrar su experiencia reciente no sólo la construye lingüísticamente sino que la reconstruye como discurso práctico y como quehacer profesional. La descripción se ve continuamente desbordada por planteamientos reflexivos sobre los porqués y las estructuras de racionalidad y justificación que fundamentan los hechos narrados. Es decir, la narración se constituye en reflexión. Como dice Zabalza (1986) el diario constituye una lectura de la realidad de las clases, en esa lectura se integran, de manera bastante dialéctica, el componente lector (función expresiva) y el componente realidad leída (función referencial).
Puedo concluir que el diario es un instrumento de seguimiento continuo, que da cuenta de lo que sucede en el salón de clase, por ejemplo, actividades, reflexiones e incidentes.
Es un registro sencillo, que permita la descripción de actividades, aprendizajes, aciertos o dificultades de interés para los estudiantes o para el docente.
El Diario, por tanto, nos sirve, en primera instancia, para reflexionar sobre el día a día del aula, distanciándonos de los hechos en los que estamos implicados y tomando decisiones basadas en argumentos propios, superando así la reproducción acrítica de los mitos y estereotipos escolares. Pero también nos sirve para reflexionar sobre nuestra experiencia durante periodos más largos de tiempo y para construir poco a poco un conocimiento práctico más profesionalizado y consciente, cuyo núcleo central debe ser nuestro Modelo Didáctico Personal ; modelo , que ha de convertirse en el referente teórico y profesional para el análisis y la toma de decisiones.
Por último, el Diario de clase facilita la comunicación profesional rigurosa. Es decir, más allá del desahogo profesional, a veces tan necesario, o de la comunicación trivial de hechos, cargada de valoraciones simples y convencionales, el Diario permite centrar el intercambio profesional en textos escritos, elaborados en momentos de tranquilidad y de distanciamiento, en su lectura pausada y en el debate argumentativo. Compartir nuestros diarios en el seno de un equipo profesional para la colaboración, el apoyo mutuo y la mejora de nuestra práctica es una estrategia enormemente eficaz para superar los procesos paralizantes basados en la socialización del lamento y sustituirlos por la reflexión y el estudio colectivo, el contraste entre iguales, el diseño compartido y la innovación controlada.
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